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Nosotras, las mujeres

  • Foto del escritor: Núria Garrido
    Núria Garrido
  • 7 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 22 mar 2018



“Ojalá seamos tantas que no nos puedan ni contar”, dijo el otro día Almudena Grandes en su columna de opinión que cada día se emite en la Ser. La periodista se refería a la huelga y a las respectivas manifestaciones que se han convocado por primera vez mañana 8 de marzo, Día de la Mujer. Aunque no ha habido unanimidad en cuanto a las horas de parón, lo que está claro es que la marea morada mañana inundará, como nunca, todas las calles españolas. El acto perfecto donde pueden culminar uno de los peores años en cuanto a violencia de género, acoso sexual, brecha salarial, desigualdad de oportunidades, entre otros problemas. Todo ello detrás de movimientos internacionales con grandes apoyos como el #Metoo o el #TimesUp. El momento, en definitiva, para hacer ruido. Para explotar. Para exigir. Para luchar. Para gritar. Pero sobre todo, para recordar, una vez más, que somos la mitad del mundo, y que sin nosotras este tinglado no funciona.


El deseo de Grandes, sin embargo, sigue llegando como un ataque a determinados sectores de nuestra sociedad. Sí, así vamos. El pasado domingo, por poner uno de tantos ejemplos, el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP), durante una entrevista en el programa de ‘Salvados’ se sorprendía de que fuera precisamente este año cuando se convocara la huelga: "¿Por qué la huelga #8M la han convocado ahora?", le preguntaba a Jordi Évole. Y yo le digo: ¿Y por qué, no? ¿A qué tenemos que esperar?


Curiosamente, detrás de este programa se emitió en directo un debate entre siete mujeres con cargos políticos en el programa ‘El Objetivo’ conducido por la periodista Ana Pastor. Todas (Ada Colau, Mónica Oltra, Manuela Carmena,Uxue Barkos y Francina Armengol) se mostraron a favor de secundar la huelga y del movimiento feminista, excepto la líder de Ciudadanos en Catalunya Inés Arrimadas y la ministra de Sanidad e Igualdad (sí igualdad) Dolors Montserrat quien, de nuevo hoy ha metido la pata afirmando que "no le gusta la etiqueta de feminismo". Si las sufragistas pudieran ver todas estas reacciones se sorprenderían de dos aspectos: primero que todavía en pleno siglo XXI tengamos que seguir luchando y reivindicando derechos y dignidades para las mujeres; y segundo, que determinadas mujeres se atrevan a pronunciar semejantes declaraciones.


Y aunque en el fondo son declaraciones previsibles viniendo de miembros del PP y de Ciudadanos, lo que no me esperaba era el bombazo que dijo el otro día el arzobispo de Madrid Carlos Osoro: "Hasta la virgen haría huelga". Y tanto. Poco se habla de la situación de las monjas en la Iglesia esclavizadas al servicio de todos los hombres con cargos eclesiásticos. Esas tremendas imágenes de ellos sentados en sus butacones mientras ellas limpian y les sirven a su gusto. Es obvio que la tolerancia y la igualdad nunca han formado parte de la Iglesia. Pero para algunos es más importante ir a rezar los domingos, que ir mañana a la manifestación.


El momento, en definitiva, para hacen ruido. Para explotar. Para exigir. Para luchar. Para gritar. Pero, sobre todo para recordar, una vez más, que somos la mitad del mundo, y que sin nosotras este tinglado no funciona.


Así pues, el machismo está llegando a puntos insoportables en todos los ámbitos e incluso en el día a día de las mujeres. O dicho en otras palabras, el tener que soportar en entrevistas de trabajo: ¿tienes pensado quedarte embarazada?. O cuando hay algún problema de tráfico: ¡mujer tenías que ser!. O suponer que tienes un mal día porque estás en la regla: ¿estás en esos días?. O obligarnos a estar siempre perfectas: ¿Por qué no te maquillas?. O esa idea de que la mujer no puede ser independiente y ha nacido para ser esposa y madre: ¡se te va a pasar el arroz!, ¿todavía no tienes novio?. O considerar una locura que las mujeres decidan ser policías, militares o futbolistas. Y es que, aunque en los libros de texto no quede reflejado, las mujeres fueron pintoras, soldados, escritoras, matemáticas, músicas en todas las etapas de la historia tal como ha mostrado la doctora Ana López. Su investigación evidenció que la presencia de las mujeres en las materias de los cuatro cursos de la ESO era de un 7,6%. Pero, por supuesto, que las mujeres tenemos presencia en todos los ámbitos y hemos escrito y formado parte de la historia, aunque algunos quieran hacernos invisibles.


La realidad es que somos el 51% de la población y solo ocupamos el 28% de cargos en la administración pública, el 11% de miembros en las reales academias o el 19% de las alcaldías. ¿Alguien sabría decir el nombre de alguna presidenta que no sea Angela Merkel en algún país europeo? ,¿O alguna directora de importantes medios de comunicación? ¿Por qué todas las presentadoras tienen que ser guapas, jóvenes y atractivas? O ¿Por qué las crónicas de los Goya o Oscar las mujeres tienen que ir en la sección de mejores vestidas?

Sí que podemos decir desgraciadamente muchos nombres de mujeres asesinadas por sus parejas, violadas o acosadas. Desde el año 2003 casi 1.000 mujeres han sido asesinadas por violencia de género tal como publica eldiario.es.


Pese a todo, para el próximo jueves ya hay convocadas más de 103 manifestaciones, 147 concentraciones y 120 acciones por todos los puntos de España. Asimismo, periodistas de toda España también pusieron en marcha una plataforma para recoger firmas y denunciar la situación actual que padecen. Más de 6.800 mujeres que se dedican al mundo de la comunicación han firmado esa petición bajo el lema '¡lasperiodistasparamos!'.


Nosotras, las mujeres. Sí, este artículo va dedicado a cada una de las mujeres que forma parte del mundo. Sea blanca, negra, heterosexual, homosexual, bisexual, musulmana, gitana, judía, cristiana, alta, baja, rubia, morena o pelirroja. Mañana el mundo se parará aunque sea por unas horas. Y entonces, nosotras seremos esa voz que tantos años ha estado silenciada.

 
 
 

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