La guerra por la supervivencia
- Núria Garrido
- 9 abr 2018
- 4 Min. de lectura

La ficción española ha dado un salto de calidad en los últimos años. Nuevas apuestas llenas de acción y tramas caracterizadas por lo poco convencional han llegado a nuestros televisores. El exitazo rotundo de series como ‘La casa de Papel’, ‘Fariña’ o ‘El accidente’ demuestra que la producción española también puede pisar fuerte. Pese a la habitual atracción que sienten los espectadores por las series norteamericanas (por ejemplo con el auge que tuvo 'Stranger things') nadie puede negar que estas últimas han tenido una acogida abrumadora no solo a nivel nacional sino también internacional. Y más, cuando una de ellas está basada en un libro que ha sido secuestrado por un juez; y otra de ellas, te rompe tu esquema sobre los que son los buenos y los malos.
Es evidente que la llegada de plataformas como Netflix a nuestras vidas ha cambiado nuestra manera de consumir producciones. Así pues, tenemos la oportunidad de visionar series tanto del otro lado del charco, como aquellas estrenadas hace unos años en nuestro panorama nacional que, por falta de interés o de tiempo, no pudimos ver en su momento. ‘Vis a vis’ es otro ejemplo de lo descrito anteriormente. Esta serie llegó en el 2015 a Antena3 donde a lo largo de dos temporadas mantuvo pegados al televisor a más de tres millones de espectadores. Y tras verla entera, corroboro la genialidad de esta serie que se puede describir en cuatro palabras: la vida entre rejas. A priori puede parecer una copia barata de la serie 'The orange is the new black' (una ficción estadounidense donde la trama principal también se desarrolla en una cárcel de mujeres) sin embargo no es así.
De lo que no hay duda es que el ámbito penitenciario es uno de los grandes desconocidos y a la vez criticados por la sociedad. Tendemos a presuponer que los que están en la cárcel "no están tan mal" o que "son todos iguales". 'Vis a vis' nos permite adentrarnos en este mundo. Pero sobre todo, nos permite desmontar todos esos tópicos y ponernos en las pieles de las que están detrás de las rejas y también del sufrimiento de sus familiares. Y es que si hay algo que la serie refleja de manera muy acertada, es ese día a día que cualquier cárcel española vive. Desde los primeros capítulos, la serie te hace respirar esa tensión tan peculiar de las prisiones.
La serie arranca con la entrada a la cárcel de ‘Cruz del sur’ de Macarena Ferreiro (protagonizada por la actriz Maggie Civantos) tras ser acusada de manipulación y malversación de cuentas en la empresa en la que trabaja. Aunque el ideólogo de esa corruptela fuera su jefe, con quien mantenía una relación, la que se come el marrón es ella. Así pues, una contable ingenua ve como en un abrir y cerrar de ojos se encuentra durmiendo en 'Cruz del sur'. Desde ese momento hasta el capítulo final de la segunda temporada se producirá una explosión de 180 grados en su vida. Ferreiro será testigo y partícipe de cosas que nunca jamás habría pensado que viviría: peleas, drogas, relaciones sexuales con otras mujeres, asesinatos, fugas… en definitiva, todo lo que conlleva vivir entre rejas y entre mujeres. Este último componente es otro gran puntazo de la serie. Las mujeres son las auténticas protagonistas. Ellas lucharán por conseguir su libertad a cualquier precio. Pero mientras eso llega, se producirá una brutal guerra por la supervivencia. O dicho en otras palabras, se producirá un 'sálvense quien pueda'.

Entre esa marea amarilla podemos encontrar todo tipo de mujeres que, de vez en cuando, se olvidan de aquellas paredes y bailan, ríen y cantan al ritmo del personaje de la gitana en manos de la gran Alba Flores. Esas escenas junto a las del primer plano con revelaciones íntimas de los personajes le dan ese equilibrio necesario tras tantas hostias entre reclusas y funcionarios. Le dan, en conclusión, un respiro al espectador.
La evolución de la protagonista entre la primera y la segunda temporada expone esa necesidad de ser más fuerte cuando la vida te lo impone. Tras la pérdida de sus padres, Ferreiro se crece ante la adversidad. Su autosuficiencia es tan alta, que incluso rechaza continuar junto a Rizos (interpretada por Berta Vázquez) uno de los apoyos más importantes y a la vez un descubrimiento sexual para Ferreiro. En este sentido, la serie da un paso más allá a través de desnudos y relaciones íntimas entre mujeres ya sea en la ducha o en la cama. No hay ningún tipo de tabú.
El hilo conductor de la segunda temporada, a mi juicio, le da más vida a la trama y más veracidad. El secuestro de una niña por un psicópata y su mujer (cómplice por su discapacidad mental) pondrán patas arriba de nuevo a 'Cruz del sur'. Así, el encarcelamiento de la mujer conllevará la infiltración de una policía con el objetivo de sonsacarle el paradero de la joven secuestrada. Y en ese juego, como no, tiene un papel clave Zulema (interpretada por Najwa Nimri) una de las presas más peligrosas e inteligentes.
Lo que nadie esperaba era que Ferreiro le ganara la partida a Zulema. Lo que tampoco esperábamos era esa decisión final de la protagonista, quien tras tener en su mano la libertad decide volver a la prisión. Un final motivado quizás por esa dudosa continuación de la serie que en un principio iba a acabar con esta segunda temporada. O una exposición de cómo la protagonista se agarra a lo único que le queda en su vida tras perderlo todo.
Ahora, el próximo 23 de abril las reclusas de 'Cruz del sur' vuelven. Y, vuelven como siempre para dar más guerra. Esta vez, en un nuevo centro penitenciario: 'Cruz del norte'. Pero a diferencia de sus inicios, no se podrá seguir a través de Antena3, sino a través de Foxespaña. Habrá que ver de que manera nos sorprenden Maca, Rizos, Sole o Zulema. Lo que está claro es que Antena3 ha perdido una gran oportunidad con esta ficción.
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