El feminismo ya es imparable
- Núria Garrido
- 7 mar 2019
- 4 Min. de lectura

Uno de los temas que más me interesan y me inquietan como periodista y, por supuesto, como mujer es el feminismo. Por lo tanto, siempre que pueda seguiré aportando mi grano de arena a este movimiento social, que tienen más de tres siglos de historia, acudiendo a las manifestaciones; dando voz a las mujeres y a las situaciones injustas que viven a través de mi periodismo y desmintiendo todos esos bulos que algunas personas se atreven a propagar. Esta es la única manera de mantener lo que hemos conseguido y de luchar por todo lo que nos queda (que no es poco). Si algo ha quedado claro en los últimos años es que quedarnos calladas y en casa no es una opción, pero sobre todo, hay que tener presente que sin el esfuerzo de aquellas primeras mujeres que se lanzaron a luchar por nuestros derechos, hoy no seríamos nada.
No me voy a dedicar en este artículo a explicar qué es el feminismo y cuáles son sus objetivos. Tenemos muchísima literatura, artículos en prensa y reportajes televisivos que dan cuenta de todo ello. Quien quiera seguir negando una realidad será cómplice de toda esa fauna de ‘machirulos’ y desgraciadamente de mujeres que también alimentan un debate rotundamente falso. Así pues, seguimos cobrando menos. Seguimos siendo asesinadas. Seguimos siendo desplazadas en puestos importantes de trabajo. Seguimos siendo juzgadas por nuestra forma de vestir. Seguimos siendo criticadas por no querer tener hijos. Y podría seguir todo el texto así. Estos son algunos ejemplos de la discriminación que sufrimos por el mero hecho de ser mujeres.

Quien quiera seguir negando una realidad será cómplice de toda esa fauna de ‘machirulos’ y desgraciadamente de mujeres que también alimentan un debate rotundamente falso
Mañana es 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, y podría perfectamente compartir de nuevo el artículo que escribí el año pasado porque suscribo la totalidad de los problemas que recojo en él y que he citado en el anterior párrafo. Y es que además, los miembros de 'La Manada' continúan en libertad provisional, las cifras de la violencia de género continúan disparándose y cada día salen más casos de abusos sexuales hacia las mujeres. Pero, no tendría sentido compartirlo porque hay aspectos que han cambiado, tanto para bien como para mal. Primero, podemos constatar que el movimiento feminista ya es imparable. Tiene una fuerza descomunal y cada vez hay más mujeres adheridas a él y también hombres que, como Iñaki Gabilondo, saben que aquí no estamos jugando y que vamos en serio. Entienden, en definitiva, que queremos una igualdad real en todos los ámbitos de la sociedad y la eliminación de la violencia tanto verbal como física hacia nosotras. Creo que no es tan difícil de comprender.
¿Qué ha cambiado entonces del pasado 8M a este? Para empezar, contamos con la presencia de un partido de extrema derecha que de la noche a la mañana ha entrado en el escenario político español con (demasiada) fuerza. Es evidente que hablo de Vox, partido político que de momento ya tienen representación en el parlamento andaluz y que las encuestas, de las próximas elecciones, también se la dan en el Congreso de los Diputados y en otras cámaras autonómicas. El partido de Santiago Abascal se ha dedicado en estos últimos meses a atacar con dureza al feminismo. Recordemos que sus primeras propuestas se han centrado en querer acabar con la Ley de Violencia Integral o en asegurar que hay muchas denuncias falsas. Y para rematar, hemos tenido en los últimos días por España un bus rulando con la imagen de Hitler y con una cartel asegurando que "no es violencia de género sino doméstica".
Lo que, por ejemplo, no ha cambiado han sido las posturas del PP y Ciudadanos un año más, pese a que al principio quisieron maquillar su opinión para al final hacer lo mismo: no secundar la huelga feminista. Vayamos por partes. Casado, de manera inesperada, primero anunció que este año sí que iban a acudir a la manifestación feminista. Esta afirmación le duró un abrir y cerrar de ojos, ya que finalmente ha comunicado que no participarán en la concentración porque el manifiesto está "politizado" y lleno de falsedades. Rivera, por su parte, se inventó un nuevo concepto el fin de semana pasado para desmarcarse del PP y Vox: el llamado feminismo liberal. La sensación que dan desde fuera es que necesitan muchas excusas para seguir desvinculándose de fenómeno social de carácter mundial. No dudaron tanto en apoyar esa manifestación que tuvo lugar en Madrid para defender "la unidad de España". Tampoco se preocuparon porque el manifiesto que se leyó estuviera repleto de mentiras y 'fake news'. Queda claro cuales son sus prioridades.
Hablando de partidos políticos muy desafortunado ha sido el último cartel que publicó Podemos ayer celebrando la vuelta de la baja de paternidad de Pablo Iglesias. Una hecho, que pone de relieve que hasta los partidos que más se definen como feministas actúan bajo criterios patriarcales.
Un año después de aquella jornada histórica, mañana se espera otra más. Y no es para menos, pero hay que tener presente que sin la lucha diaria de nuestros derechos y libertades nunca consagraremos el feminismo. Nos vemos en las calles.
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